«Seguiremos tomando medidas para fortalecer y desarrollar las capacidades nucleares de nuestra nación a un ritmo acelerado»dijo el lunes (25 de abril) el líder norcoreano Kim Jong-un durante un imponente desfile militar en el corazón de Pyongyang para celebrar el 90 aniversario del Ejército Popular Revolucionario de Corea. “Pero nuestras fuerzas nucleares no pueden ser solo preventivas si nuestros intereses fundamentales se ven amenazados” agregó, sugiriendo que sus habilidades de ataque siguen siendo más relevantes que nunca.
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Tras disparar ocho salvas de misiles, incluido uno de tipo intercontinental el 24 de marzo, Corea del Norte advierte que en los próximos meses mejorará aún más sus programas nuclear y balístico, mientras que, por ello, el país se encuentra bajo severas sanciones internacionales desde 2016. Las negociaciones diplomáticas encaminadas a convencer al líder para que renuncie a ellas se han estancado desde el fracaso, en 2019, de una reunión entre Kim Jong-un y el entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
¿Hacia una reanudación de los ensayos nucleares?
Después de dos años de cierre total debido a la epidemia de Covid, funcionarios y analistas estadounidenses y surcoreanos creen que Pyongyang podría reanudar pronto sus pruebas de armas nucleares, interrumpidas desde 2017. Las imágenes de satélite mostraron signos de actividad en un túnel en el sitio de Punggye-ri, que, según Corea del Norte, fue demolido en 2018 antes de la primera cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un. “Kim Jong-un programará bien sus futuros juicios en las próximas semanas para marcar el ánimo de sus vecinos surcoreanos, japoneses y estadounidenses”, asegura la coreanaloga francesa Juliette Morillot (1).
En los días previos al aniversario, los medios estatales cubrieron ampliamente la inauguración de nuevos desarrollos habitacionales y mostraron imágenes de coronas fotografiadas por personas con teléfonos inteligentes. Para Leif-Eric Easley, profesor asociado de estudios internacionales en la Universidad Femenina Ewha de Seúl, el objetivo era “representan una economía que no solo es resistente sino que crece”. Sin embargo, el país está sumido en una grave crisis económica, agravada por las sanciones internacionales y el estricto cierre de sus fronteras para protegerse del Covid. “El régimen de Kim necesita otras fuentes de orgullo nacional y legitimidad además de los desfiles militares”, afirmó.
En Corea del Sur, un presidente que va a la guerra
Sin embargo, los anuncios amenazantes de Kim Jong-un se dan en un contexto regional particular. El próximo presidente de Corea del Sur, elegido el jueves 10 de marzo, asumirá el cargo el 10 de mayo. El muy conservador y belicista Yoon Suk-yeol, de 61 años, ya ha anunciado que adoptará una estrategia radicalmente distinta a la de su antecesor pacifista con respecto al vecino norcoreano.
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Ya ha amenazado a Corea del Norte con «ataques preventivos». Ante una reanudación de las tensiones con su vecino del sur pero también con los estadounidenses, Kim Jong-un quiere recordar a la comunidad internacional que tiene más que nunca el control sobre su arma nuclear. Disuasorio, ciertamente, pero que podría utilizar en caso de agresión externa…