El descubrimiento, el 3 de abril, de una masacre de civiles en Boutcha, localidad de unos 36.000 habitantes situada en las afueras de kiev, había provocado la indignación internacional. Al día siguiente, un equipo de la ONG Human Rights Watch (HRW) se presentó en el lugar para intentar esclarecer los hechos. Recogió los testimonios de 37 habitantes, recolectó y analizó pruebas materiales para reconstruir parcialmente este mes de marzo bajo ocupación rusa.
Una valoración todavía provisional
Primera pregunta: ¿qué valoración podemos hacer del número de víctimas? La ONG logró documentar con precisión dieciséis asesinatos de civiles cometidos por soldados rusos, incluidas nueve ejecuciones sumarias y siete asesinatos cometidos «indiscriminadamente». Solo una pequeña fracción del número total de crímenes cometidos por las fuerzas rusas.
→ EXPLICACIÓN. En la ciudad ucraniana de Boutcha, abusos y cuestionamientos
El 15 de abril, el fiscal regional, Ruslan Kravchenko, indicó que se habían encontrado 278 cadáveres desde la retirada del ejército ruso de Boucha el 31 de marzo. Setenta de ellos fueron exhumados de una fosa común por las autoridades locales. Sigue siendo un informe provisional. Un empleado de las funerarias municipales de Boutcha dijo a Human Rights Watch que había recogido personalmente unos 200 cuerpos de las calles de esa localidad.
Un mes de ocupación violenta
Las fuerzas rusas capturan Boutcha el 5 de marzo. Luego, los soldados se instalaron en edificios y escuelas de la ciudad. Según testimonios recogidos en el lugar por HRW, se embarcaron en una «cacería de nazis», registrando viviendas en la ciudad en busca de armas e interrogando a los vecinos. Varios de ellos denunciaron que se habían saqueado casas y robado objetos de valor como joyas.
→ INFORME. “Muchas víctimas de violación no quieren hablar”: en Boutcha se cuentan los muertos y se alimenta a los sobrevivientes
Los habitantes también subrayan la violencia de las unidades rusas. Un hombre de 32 años recibió un disparo en el cuello mientras fumaba un cigarrillo frente a la ventana de su apartamento. A una niña de 9 años le tuvieron que amputar el brazo tras ser alcanzada por una bala cuando huía de la vista de los soldados.
manos atadas
Durante sus investigaciones, los investigadores de Human Rights Watch se aseguraron de reunir evidencia física de la masacre, recuperando fotos y videos tomados por los residentes durante la ocupación. Vemos víctimas con las manos atadas y con lesiones que atestiguan casos de tortura.
El informe de la ONG también detalla varios casos de ejecuciones sumarias y asesinatos. Los propios investigadores pudieron examinar cuerpos con agujeros de bala y detectar uniformes del ejército ruso abandonados cerca. En el lugar también fueron localizados varios vehículos con una «V», símbolo de apoyo a la invasión rusa.
El Ministerio de Defensa ruso siempre ha negado rotundamente estas acusaciones. Según él, “ni un solo residente local sufrió ninguna acción violenta cuando Boutcha estaba bajo el control de las fuerzas armadas rusas”.